Una verdad de Perogrullo es afirmar que la mejor forma de evitar dormir con calor es disponer de un aparato de aire acondicionado en el dormitorio y accionarlo.
Sin embargo, dada la evolución del precio de la electricidad, esta solución puede suponernos un dineral a fin de mes. Eso sin contar con que se trata de una acción que no es demasiado ecológica.
Conque veamos cómo no pasar calor por la noche o, al menos, hacer que este sea más soportable, sin necesidad de recurrir a un aparato climatizador.
Abrir o cerrar las ventanas
¿Cómo dormir con calor sin morir en el intento? Por supuesto, abrir las ventanas es la alternativa evidente en la que todos pensamos en primer lugar.
Sin embargo, dependiendo de la zona y del tipo de construcción del edificio, puede darse la circunstancia de que la temperatura exterior nocturna sea más alta que la del interior de la vivienda.
Si se da este último caso, a primera hora de la noche resistiremos el impulso natural de abrirlas. Cuando se aproxime la hora del alba, será el momento de hacerlo, ya que ese período es siempre el más fresco en los días de bochorno.
El ventilador, una opción económica pero de eficacia limitada
Es cierto que la eficacia refrescante de un ventilador no tiene nada que ver con la de un potente dispositivo de aire acondicionado, pero en ocasiones nos evitará tener que recurrir a este último.
El consumo eléctrico de un ventilador es de aproximadamente el 5 % del de un climatizador. El ventilador no bajará la temperatura ambiental, pero la circulación del aire provocará que el sudor se evapore con mayor rapidez, con el consiguiente efecto refrescante.
Si además colocamos uno o dos cubos de agua fría con hielo en la habitación, como complemento a la acción del ventilador, conseguiremos que la temperatura ambiente del dormitorio descienda un par de grados, siempre que nos ocupemos de que el agua esté lo suficientemente fría.
Dos grados de descenso térmico parecen poco, pero en situaciones de calor extremo pueden marcar la diferencia entre conciliar o no el sueño.
Más adelante, veremos otras dos formas de reducir un par de grados la temperatura ambiental del dormitorio, aunque quizá esas propuestas no agraden a todos los lectores.
Date una ducha con agua moderadamente caliente antes de acostarte
Sí, has leído bien y seguramente ahora te estarás preguntando: ¿cómo no voy a dormir con calor si previamente me he duchado con agua caliente?
Contrariamente a lo que puedas pensar, hay una explicación física para que sea más recomendable ducharse con agua ligeramente cálida que con agua fría:
Si nos duchamos con agua fría, perderemos temperatura corporal rápidamente. Pero el organismo reaccionará intentando restablecer cuanto antes la temperatura corporal normal (entre 36 °C y 37 °C), lo que se traducirá en una sensación casi inmediata de calor.
Por el contrario, con agua ligeramente caliente no sentiremos alivio inmediato, pero el organismo activará todos los mecanismos de que dispone para rebajar la temperatura, aumentando la transpiración corporal.
La consecuencia es que, tras terminar de ducharnos, durante unos minutos sentiremos cierta sensación de refresco.
No te acerques demasiado a tu cónyuge o acompañante nocturno
Es bien sabido que las distancias cortas entre cónyuges y similares conllevan peligros tan previsibles como ciertos. Este principio básico de la convivencia en pareja se cumple, especialmente, cuando se trata de dormir en una habitación que está caldeada como un horno.
Por tanto, en esas noches infernales, procura mantener la distancia con tu pareja incluso en el lecho. No olvides que una persona en reposo emite en torno a 100 W de potencia calorífica, lo que equivale a casi 90 Kcal por hora. Una fuente de calor nada desdeñable.
Si se dispone de dormitorios libres, una buena idea es dormir en habitaciones separadas cuando el calor aprieta más de la cuenta. Aunque no lo creas, el diferencial de temperatura en la habitación al amanecer, tras una noche completa de descanso compartido, puede superar los 2 °C.
Envía al perro a dormir a otro lado
Lo dicho para los humanos también es aplicable a las mascotas, especialmente las de gran tamaño. Un perro grande emitirá tanto calor o más que una persona adulta.
Conque, si compartes dormitorio con el perro, ponlo a dormir en otro sitio y bajarás la temperatura del dormitorio otros 2 °C. Tú lo agradecerás y no te quepa duda de que el perro también lo hará.
Usa ropa de cama y pijamas de tejidos transpirables
Las sábanas de algodón y de lino son las más indicadas para las noches veraniegas en las que el calor hace de las suyas. Una opción más económica son las sábanas de tergal, un tejido sintético que también es de lo más fresco.
Esos tejidos también son excelentes para los pijamas y camisones de verano, aunque en los días de especial agobio nos apetezca prescindir de ellos.
Y una sugerencia que puede parecer rocambolesca: el camisón es la mejor solución para dormir en verano, si no deseamos prescindir de toda vestimenta durante el sueño. Conque, si eres hombre, ¿por qué no probar?
Humedece con un pulverizador pijamas y sábanas
Aunque no lo creas, este sistema es bastante eficaz. El agua pulverizada sobre sábanas y pijamas se evapora lentamente, contribuyendo a rebajar notablemente la temperatura de tu cuerpo y de la zona sobre la que descansas.
Aunque la temperatura de la habitación no bajará, la sensación térmica experimentada será notablemente inferior.
Utiliza un colchón y una almohada transpirables
Como presumimos de ser especialistas en colchones, hemos dejado para el final esta relevante cuestión.
Un colchón de calidad, construido con materiales altamente transpirables, no reducirá la temperatura ambiente de la habitación, pero evitará que la zona del colchón que está en contacto con tu cuerpo se recaliente hasta los 36 o 37 °C, que es la temperatura corporal normal.
Cuando hace mucho calor, el contacto con superficies que se encuentran a esa temperatura tan alta produce una sensación de agobio difícilmente soportable.
En este sentido, elegir colchones que no den calor, como los de muelles ensacados, es una medida muy eficaz para evitar la sensación de sofoco por contacto.
Y lo mismo te decimos de la almohada: una almohada transpirable aliviará la sensación de agobio e incomodidad producida por el bochorno estival.
Así que si tienes dudas acerca de qué colchón y almohada escoger para evitar dormir con calor en verano, en https://muellesensacados.es estaremos encantados de resolverlas y de recomendarte el colchón y la almohada de verano ideales, teniendo en cuenta además tus características corporales y funcionales.